Investigadores tucumanos de distintas instituciones científicas locales, recientemente finalistas del concurso del Instituto Balseiro IB50K, han desarrollado un biosensor para la detección de HuangLongBing, una de las enfermedades más peligrosas para los cítricos.
El HuangLongBing (HLB) es la enfermedad más severa y destructiva que padecen los cítricos; los árboles, infectados con la bacteria Candidatus liberibacter, producen frutos deformes, amargos, agrios y con mal sabor y finalmente y de forma inevitable terminan muriendo. A diferencia de otras enfermedades, la poda resulta ineficaz. Ante la manifestación de la enfermedad, los daños son irreversibles. La planta debe ser eliminada, ya que una vez infectada, se convierte en un nuevo reservorio del agente causal. Si bien en nuestro país solo se han detectado brotes esporádicos, en el 2009 se decidió crear el Programa Nacional de Prevención del HLB con el objetivo de evitar su ingreso y proliferación, principalmente porque en países limítrofes, como Paraguay o Brasil, el problema es endémico. La Argentina produce más de 3 millones de toneladas de cítricos en 132 mil hectáreas distribuidas en 10 provincias del centro y el norte del territorio; una aumento en la aparición del HLB podría generar serios daños productivos y, por ende, económicos.
No sólo la ausencia de una cura contra esta enfermedad es un problema, la falta de un diagnóstico rápido y certero también puede ocasionar importantes inconveniente debido a su rápida diseminación (si la enfermedad se instala en una determinada área productiva puede causar pérdidas de hasta el 45% en un período menor a 5 años, poniendo en peligro el desarrollo de las economías regionales) . Hoy en día, uno de los métodos empleados se basa en la detección de ciertos aspectos visuales de la planta: los frutos tienen una maduración invertida y formas asimétricas, las hojas poseen un moteado difuso y desparejo y las nervaduras corchosas y en algunos sectores pueden aparecer ramas amarillentas; en este caso, el problema es que durante la primera etapa la enfermedad es asintomática por lo que puede ser demasiado tarde cuando hayan aparecido estos rasgos anormales. Las otras opciones utilizadas son el diagnóstico molecular y las imágenes por espectroscopía, mucho más efectivas en cuanto al resultado pero, a su vez, más costosas y demandantes de una considerable cantidad de tiempo ya que las muestras deben ser trasladas al laboratorio para ser estudiadas.
Un grupo de investigación tucumano del Laboratorio de Medios e Interfaces (LAMEIN – UNT – CONICET), en conjunto con el Instituto de Tecnología Agroindustrial del NOA (ITANOA – EEAOC – CONICET) y el Instituto Walter Schottky de la Universidad Técnica de Munich, en Alemania, han desarrollado un nanobiosensor enzimático para la detección temprana e in-situ de HLB en plantas cítricas. Este sistema fue fabricado sobre un sustrato polimérico con nanoestructuras de titanio sobre el cual se inmoviliza una carga enzimática que, al estar sobre una superficie nanométrica, es mayor y, por ende, aumenta su nivel de sensibilidad. El método de detección es colorimétrico y se basa en la identificación de metabolitos que se incrementan diferencialmente en plantas enfermas y en estadíos tempranos de la infección. Hasta el momento, al menos en nuestro país, no existen sensores de campo que detecten esta enfermedad en el lugar y de forma rápida. Esta propuesta plantea obtener un resultado certero en un período de 15 a 30 minutos, sin necesidad de enviar las muestras al laboratorio y sin emplear técnicas de detección moleculares que requieran de personal capacitado e instrumental complejo.
Este proyecto ha superado ampliamente las pruebas de laboratorio y ha iniciado el proceso de validación a partir de ensayos realizados en plantas inoculadas con Candidatus liberibacter. Este proceso no puede ser llevado a cabo en la Argentina ya que, por la peligrosidad, está prohibido el ingreso de material vegetal desde zonas contaminadas. Por dicho motivo, parte del equipo de trabajo – con financiamiento otorgado por la Fundación Argentina de Nanotecnología, a través de su programa Pre-semillas – viajó a Brasil para firmar un convenio de colaboración con el Instituto de Citricultura Sylvio Moreira de la ciudad de Cordeirópolis, en el estado de San Pablo y realizar los primeras pruebas. Los resultados fueron considerados favorablemente, indicaron que sería posible detectar la enfermedad en plantas asintomáticas desde las 15 semanas después de haber sido inoculadas con la bacteria. Hace algunas semanas, este proyecto fue seleccionado entre los finalistas del IB50K, el concurso de planes de negocio de base tecnológica del Instituto Balseiro que en su novena edición entrega 50 mil dólares en premios y otras galardones especiales en distintas áreas.
Detectada por primera vez en la década del 40 en China, el HLB se ha expandido por la mayoría de los países citrícolas de Asia, África y América. En los últimos 6 años ha mostrado un preocupante avance en nuestro continente; a Brasil, Estados Unidos y Paraguay que ya tenían brotes frecuentes, se han sumado Cuba, México, Belice, Nicaragua, Honduras y República Dominicana. Esta enfermedad es específica de las plantas y no afecta la salud humana, sin embargo, en un país como el nuestro, en el cual 100 mil puestos de trabajo dependen de esta industria, el riesgo es alto y las medidas preventivas deben ser tomadas.
Argentina es el 1° productor y exportador de jugo de limón, el 5° industrializador de cítricos y el 8° productor mundial; de las 35 millones de plantas – entre limones, naranjas, pomelos y mandarinas – que hay en el país, solo se monitorea el 10%. Evidentemente, sería muy útil contar con un dispositivo de sensado de este tipo, no solo para cubrir la demanda local sino también para atender las necesidades que puedan surgir en el exterior.