Su proyecto desarrolla un apósito antimicrobiano inteligente a base de queratina y nanopartículas de óxido de zinc.
La Dra. María Emilia Villanueva, acompañada por el director de su tesis posdoctoral, Dr. Guillermo Copello, del Instituto de Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA), visitaron las FAN y fueron recibidos por el presidente Ing. Daniel Lupi y los responsables de las áreas de Innovación y Promoción y Comunicación, con el objetivo de conocer las potencialidades de su proyecto y evaluar la posibilidad de brindar apoyo.
Este grupo del IQUIMEFA, instituto dependiente de la Universidad de Buenos Aires y el CONICET, se dedica al trabajo con biopolímeros naturales con aplicaciones farmacológicas y médicas; como el almidón, el quitosano, la quitina y la queratina. “Trabajamos con materiales de bajo costo, muchos de ellos provenientes de desechos industriales”, asegura el Dr. Copello.
Por su parte, la Dra. María Emilia Villanueva resultó galardonada con la beca L’Oréal-UNESCO por las mujeres en la ciencia por su proyecto de apósitos inteligentes con hidrogeles a base de queratina y nanopartículas de óxido de zinc. “Cuando una herida está infectada cambia el pH, entonces el hidrogel responde al estímulo, se infla, abre los poros y libera las nanopartículas de óxido de zinc, que son antimicrobianas”, afirma María Emilia; y agrega: “Cuando la herida se encuentra limpia, su pH es ácido; entonces, el hidrogel se desinflama, sus poros se achican y limitan el paso de las nanopartículas.
Al tratarse el desarrollo de un apósito inteligente, una de las principales ventajas es que no se expone al paciente al agente bactericida a no ser que sea necesario.
Los materiales empleados para obtener los hidrogeles son biocompatibles y biodegradables. La queratina es obtenida a partir del tratamiento del cuerno de vaca, un residuo biodegradable de la industria ganadera. Por su parte, las nanopartículas de óxido de zinc son sintetizadas en un medio acuoso.