Se trata de un proyecto interdisciplinario del que participan investigadores e investigadoras, de distintos institutos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el CONICET, que tiene por objetivo ofrecer una alternativa a las opciones que ya están disponibles hoy en día en el mercado.
El desarrollo de esta vacuna, que actualmente se encuentra en la etapa de ensayos preclínicos, consiste en la encapsulación de fragmentos de la proteína S – estructura empleada por el virus para unirse a las células e infectarlas – en nanopartículas supramoleculares, producidas por autoensamblado. Una vez ingresadas estas nanopartículas en el cuerpo, el organismo reconoce los fragmentos de las proteínas S como sustancias extrañas (antígeno) y activa la producción de linfocitos B, encargados de la generación de anticuerpos y de linfocitos T, que también forman parte del sistema inmunológico.
De esta manera, una vez generados los anticuerpos, estos se unen a la proteína S y evitan el ingreso a las células (mediante la Enzima ACE2 que oficia de puerta de entrada). Si la persona vacunada se infecta más adelante, los linfocitos de memoria reconocerán a la proteína S del SARS-Cov-2 y actuarán junto a los anticuerpos para bloquearlo y, de esta forma, lograr la inmunización del paciente al impedir su ingreso y proliferación. Esta vacuna, es una opción que emplea proteínas virales para inducir la generación de anticuerpos, similar a como funciona la desarrollada por la empresa farmacéutica china Sinovac Biotech.
En marzo del 2020, la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata conformó el “Grupo COVID – Exactas”, iniciativa impulsada por la propia comunidad científica para dar respuesta y hacer frente a la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus. Un año después y fruto del trabajo en conjunto, investigadores del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA – UNLP – CONICET) y el Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP – UNLP – CONICET), en colaboración con el Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI – UNLP – CONICET), el Instituto de Químicas y Fisicoquímicas Biológicas (IQUIFIB -UBA – CONICET) y el Centro de Investigaciones Cardiovasculares (CIC – UNLP – CONICET) han desarrollado esta alternativa que resulta ser muy prometedora.
En este momento, los investigadores a cargo del proyecto están estudiando distintos protocolos de administración de la vacuna en ratones y analizando las respuestas inmunes inducidas. Según los cálculos realizados, esperan poder finalizar este año con los ensayos preclínicos para el próximo poder encarar los ensayos en humanos. Los expertos concuerdan en que será de vital importancia el desarrollo de vacunas de origen nacional para fortalecer el sistema sanitario de nuestro país y afrontar las etapas posteriores de la pandemia.